sábado, 18 de septiembre de 2010

-Me aburro.
-¿Por qué siempre dices eso?
-Por que me aburro.
-¿Y que quieres que te diga yo respecto  a eso?
-Nada, o yo también.
-Pues yo también.
Bonita conversación, absurda pero bonita.

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